El otoño y el invierno son las estaciones del año más frías y con los días más cortos. El otoño en particular es una época ideal para cambiar de hábitos y para reponernos de los excesos del verano, donde es normal descuidar la alimentación, el deporte o el descanso.
Por ello, en el artículo de hoy vamos a hablar de cómo crear una despensa ecológica que nos sirva para afrontar los meses más fríos y oscuros del año.
Alimentos como los caldos de verduras, las cremas, los purés, potajes y guisos son imprescindibles y no pueden faltar en la despensa durante el otoño e invierno.
Siempre te recomendaremos, alimentos de calidad, ya que son los más indicados para mantener una buena salud, ya que éstos nos aportan buenas dosis de nutrientes, minerales y vitaminas.
Si además son de cultivo ecológico certificado, estaremos evitando los pesticidas químicos y abonos de síntesis y contribuyendo a cuidar del medioambiente.
¿Qué alimentos no deben faltar en una buena despensa ecológica?
En primer lugar, hay que mencionar que los ingredientes de nuestra despensa ecológica pueden variar ligeramente en función de los gustos de cada uno. No obstante, si cuentas con la gran mayoría de estos productos, tendrás la seguridad de que estás cuidando tu salud. Y de que siempre tendrás a tu alcance alimentos nutritivos para dar lo mejor a tu cuerpo.
1. Cereales, legumbres y pasta
No podían faltar los cereales, las legumbres y la pasta. No solo porque sean alimentos que nos sacarán de más de un apuro (y con los que podrás preparar platos muy ricos) sino porque son muy nutritivos. Además, las legumbres tienen un contenido proteico elevado que las hace especialmente interesantes para todas aquellas personas que siguen una dieta vegetariana o vegana. E incluso para todos aquellos que buscan reducir su impacto medioambiental y reducir el consumo de carne.
También estarían incluidos en este apartado los cereales de desayuno como los copos de avena, los de maíz o los de espelta. Con ellos podrás preparar desayunos sanos, saciantes, nutritivos y ricos para toda la familia.
Y, por supuesto, las harinas. Con ellas podemos preparar riquísimos bizcochos, croquetas, magdalenas, panes, espesar sopas y guisos, tortillas, etc.
2. Grasas saludables
Incluir grasas saludables en nuestra dieta diaria es sinónimo de salud. Además de ser clave para asegurarnos un buen funcionamiento hormonal, especialmente en el caso de las mujeres. Por ello, en otoño e invierno no podrá faltar ni el aceite de oliva virgen extra ni el aceite de coco ecológico en tu despensa.
3. Cítricos y verduras de hoja verde
De todos es conocido el poder antioxidante y el papel preventivo ante infecciones de la vitamina C, una vitamina que se encuentra en grandes cantidades en todos los cítricos tan típicamente invernales (limón, lima, pomelo, naranja, mandarinas), pero también en otras frutas como el kiwi.
Las verduras de hoja verde y las crucíferas como el brócoli también son ricas en esta vitamina.

4. Frutos secos y semillas
Otra fuente ideal de grasas saludables y de proteína vegetal son los frutos secos y las semillas. Unos verdaderos superalimentos que te proporcionarán proteínas, grasas, vitaminas y minerales.
Todos ellos nutrientes esenciales para recuperar la energía y preparar al cuerpo para hacer frente al frío. .
5. Conservas vegetales y salsas
Con la llegada de las estaciones del año más frías se produce un descenso de las temperaturas y nos vuelven a apetecer platos de cuchara.
Tener en nuestra despensa ecológica conservas vegetales, legumbres cocidas nos hará la vida mucho más fácil, y nos permitirá comer platos nutritivos cada semana.
Igualmente, contar con salsas ya preparadas como pesto y natas vegetales, te permitirán darle un toque diferente a tus platos sin tener que pasar mucho tiempo en la cocina.
6. Sal, especias y hierbas
Una despensa ecológica no estaría completa sin sal, especias y condimentos.
Son tus mejores aliadas en cualquier época del año. No solo por la versatilidad que te darán en la cocina sino por las propiedades beneficiosas para la salud que puede tener incluir hierbas aromáticas en tus platos.
7. Bebidas vegetales, zumos, infusiones, té y café
Son el complemento perfecto para cualquier comida que hagas. Y la verdad es que resulta difícil imaginarse un desayuno o una merienda sin un zumo ecológico, sin un té o sin un café acompañado de una bebida vegetal. O bien una infusión que nos viene muy bien para ayudarnos a calentarnos..
8. Snacks y refrescos saludables
Finalmente, no nos podíamos olvidar de los snacks y refrescos sanos. Por qué, ¿a quién no le gusta comerse unas palomitas mientras ve una peli en una tarde lluviosa de invierno?. ¿O unas galletitas o incluso un buen chocolate?
Está claro que no son alimentos para comer a diario, pero de vez en cuando nos podemos dar un capricho libre de culpa.
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