¿Alguna vez has tenido que tirar alguna fruta o verdura porque se ha echado a perder antes de tiempo?

Cómo está el panorama actual, donde los precios de la comida suben cada día, y el gasto de la compra (y resto de productos y suministros) se está incrementando notablemente, te queremos ofrecer diferentes tips y recursos, para que puedas aprovechar al máximo la vida útil de tus frutas y verduras.

Refrigerar es uno de los principales medios de conservación ya que al disminuir la temperatura aumenta la vida útil, limitando la actividad enzimática, y de los microorganismos, pero, no hace falta refrigerar todas las frutas y verduras:

Cítricos, manzanas, peras y tomates (de los que disfrutaremos en verano) no es necesario guardarlos en la nevera, pues pierden aroma y sabor, pero si lo haces, que sea una vez que hayan madurado y colocándolos en los cajones del frigorífico.

Frutas de hueso (albaricoque, melocotón, cerezas, nectarina…), no se recomienda mantenerlas a temperatura ambiente, ya que maduran muy rápido. Se conservan mejor en refrigeración, a una temperatura de entre 3 y 8 grados, pero en la zona menos fría de la nevera. Conviene consumirlas no más allá de un periodo de entre 6 y 10 días, vigilando día a día la fase de maduración en la que se encuentren.

Frutas tropicales y subtropicales (Piña, plátano, kiwi, mango, aguacate…), su sitio de conservación es un lugar fresco –de hasta 12 grados–, ya que son frutas sensibles al frío. Las piezas que estén cortadas y que no se vayan a comer al momento deben guardarse en un táper con tapa y rejilla inferior. El plazo para su consumo oscila entre los 5 y los 7 días.

Hortalizas de bulbo (patatas, cebollas y ajos), bastará con mantenerlas en un lugar fresco, seco y alejado de la luz para prolongar su vida útil. La mejor opción será guardarlos separados para evitar que los ajos y las cebollas germinen.

Hortalizas de hoja (lechuga, acelgas, espinacas…), nunca deben dejarse fuera porque se deshidratan con rapidez. El modo óptimo de conservación es enteras –sin cortar– en la nevera con un poquito de humedad que mantendremos con un papel de cocina o bien echando gotitas de agua repartidas por todo el recipiente.

Hortalizas de raíz (zanahorias, nabos, remolacha…), toleran la temperatura ambiente unos días, pero debe vigilarse la turgencia de las piezas, pues se deshidratan rápidamente. Si se opta por conservarlas en nevera, mejor almacenarlas sin las hojas y en bolsas de papel para evitar el exceso de humedad.

Hortalizas de fruto (berenjena, pepino, pimiento…), deben guardarse en frío, en la zona más templada de la nevera. Son muy sensibles al etileno, por lo que debe evitarse almacenar con tropicales o frutas de hueso. Lo ideal es separar cada tipo de producto de hortaliza en bolsas de papel, para que ésta absorba la humedad y retrase la descomposición.

Frutas de pepita (uvas, melón, sandía…), las sandías, los melones y las granadas se pueden dejar fuera de la nevera siempre que la pieza está entera, pero una vez abierta deben conservarse en frío (entre 3 y 8 grados). Dentro de la nevera aguantan entre 10 y 15 días, aunque conviene evitar el exceso de humedad. Para ello, se pueden colocar las uvas, por ejemplo, sobre unas rejillas o sobre papel secante.

Bayas (fresas, arándanos, moras…), no se conservan bien a temperatura ambiente, por lo que deben guardarse en frío, en envases llanos que eviten la presión entre los frutos. Hay que evitar la humedad alta, por el riesgo de mohos. Consumir en un plazo de entre 3 y 7 días.

Tips para que la fruta y verdura te dure más tiempo

  • Es importante recordar que no se deben lavar las frutas y verduras antes de meterlas en el frigorífico, sino justo antes de consumirlas. Si se guardan las verduras húmedas, será más fácil que proliferen los hongos y bacterias.
  • Antes de poner la verdura en la nevera, quítale los restos de tierra, las partes no comestibles, y retira las partes con cortes, marchitadas o zonas demasiado maduras que hayan podido estropearse.
  • Tanto frutas como hortalizas es mejor guardarlas en piezas enteras, con piel, puesto que si se hace en trozos pierden nutrientes con más rapidez.
  • Tanto las frutas como los vegetales tienen propiedades, características y procesos de maduración diferentes. Por este motivo es necesaria su separación al momento de optimizar la conservación.
  • La revisión de los productos antes y durante el almacenamiento es clave para evitar que se dañen mucho antes de lo debido. Es primordial revisarlos todos los días, y desechar aquellos que estén demasiado maduros o con señales de descomposición.
  • Las bolsas de papel o el periódico son útiles para mantener algunas frutas y vegetales frescos y aptos para el consumo. Estas permiten separarlos por categoría y especie. Así evitamos que hagan contacto entre sí y se previene la posible proliferación de hongos.
  • La congelación es un método que todos debemos tener en cuenta para no desperdiciar las frutas y verduras que están a punto de descomponerse. Si bien está claro que las bajas temperaturas alteran la textura y el sabor, es la mejor manera de prolongar su vida útil por algunas semanas.

Desde Alieco siempre os animamos a consumir productos de temporada y de proximidad, que nos aportan todos las vitaminas, minerales y antioxidantes necesarios para nuestro cuerpo. 

Esperamos que estos tips y recursos ofrecidos, os ayuden a conservar vuestras frutas y verduras durante más tiempo.

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